– SÁBADO 4 DE ABRIL DE 2009
ÉXODO 7:8-13. http://www.biblegateway.com/passage/?search=Exodo%207:8-13;&version=42;
En este versículo podemos ver como el faraón, que tenía cautivo al pueblo del Señor, tenía un corazón muy duro y no quería creer en el amor y el poder del Señor. Hasta que vinieron las consecuencias de sus actos y nunca pudo ver ni creer en ese gran amor que el Señor tenía para Él.
Pero saben que es lo bueno, que Dios tiene el gran poder para cambiar esos corazones duros que nosotros a veces tenemos. Dios tiene el poder para transformar nuestras vidas, cambiar nuestros corazones y darnos unos nuevos: suaves, sensibles a su voz, uno de carne y hueso que sienta su presencia y su espíritu en nosotros.
Existen 4 síntomas por los cuales sabemos si tenemos un corazón duro o un corazón conforme al corazón de Dios (y ojo, no hablo del corazón físico, sino del corazón espiritual):
- Oponerse repetidamente a una acción que Dios desea El Faraón no quiso nunca aceptar los planes y la voluntad de Dios.
- Manifestar una actitud crítica hacía Dios y su obra El pueblo, después de salir de la esclavitud le peleó a Dios y renegó contra Él y se olvidaron que el mismo que los saco de Egipto y abrió el mar rojo, les iba a dar de comer (Éxodo 17:1-7) http://www.biblegateway.com/passage/?search=exodo%2017:1-7;&version=42;
- Mostrar una actitud indiferente hacía los demás Nuestra fe nos obliga a mirar hacia afuera y satisfacer las necesidades de los demás (Santiago 2:15-16 y 1 Juan 3:17)
- No comprender la obra redentora de Dios el mundo Marcos 3:1-6
Deja que Dios a través de su palabra, te haga un electrocardiograma. Si tu corazón está un poco duro, deja atrás tu terquedad y deja que Dios actúe en tu vida y cambie ese corazoncito duro, por uno suavecito y que pueda escuchar la hermosa voz de Dios.
El hoy es un regalo por eso se llama presente.
