Un día un hombre llamado Manuel, fue a Buscar a un viejo hombre que vivía lejos de la ciudad, en lo más alto de una montaña, pues se decía que aquel hombre era muy sabio, apartado de la sociedad para sentarse en el silencio y solo pensar.
Manuel después de 4 horas de caminar y escalar un poco, fue encontró a aquel hombre sabio, y cansado por el recorrido, Manuel no se detuvo en preguntarle al sabio lo que tanto lo develaba, y dijo: “En la ciudad hay muchas personas hablan de su relación con Dios, y me dicen de cómo debo buscarlo, como debo hablar con Él, y tantas cosas que me han dicho pero aún no siento que ese Dios esté en mi vida”
Entonces el sabio, se levantó de donde estaba, empezó a caminar, y Manuel sin saber nada solo lo siguió. Se dirigieron a un rio, y el sabio se sumergió en el rio hasta su pecho, y de igual manera lo hizo Manuel, para saber hasta donde quería llegar aquel hombre sabio.
Entonces estando los dos frente a frente, el sabio cerró sus ojos y empezó a respirar profundo, a inhalar y a exhalar, y no decía una solo palabra. Entonces Manuel empezó a hacer lo mismo, ya que no le decía nada, cuando el sabio se dio cuenta que Manuel estaba haciendo lo mismo, tomo la cabeza de Manuel con su dos manos y muy rápido casi de golpe, sumergió la cabeza de Manuel en el rio. Como Manuel no lo esperaba, no había tomado respiración, y se estaba ahogando, movía sus manos y pies desesperadamente, buscando salir a tomar aire, y después de casi 1 minuto, el sabio retiró sus manos de la cabeza de Manuel y lo ayudo a salir.
Manuel, muy molesto grito al sabio diciéndole: “¡Estás loco!, ¡querías matarme!, para eso vine hasta acá, para morir?” , y el sabio con una sonrisa le contesta: “tú querías saber cómo buscar a Dios, y estando en el agua buscaste con desesperación el aire, anhelabas respirar, desesperado movías los pies y las manos, solo por tener tan solo un poco de aire. Y de eso se trata, si quieres un CAMBIO en tu vida, de igual manera como buscaste y deseaste el aire, así debes buscar y desear a Dios en tu vida”
Salmos 61:4
Anhelo habitar en tu casa para siempre y refugiarme debajo de tus alas
“El hoy es un regalo, por eso lo llamamos Presente”
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