SALMO 103:3-4 “El perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias; él rescata tu vida del sepulcro y te cubre de amor y compasión”
Había una vez dos niñas que eran muy amiguitas y jugaban todo el tiempo. Si una de ellas salía al parque, la otra también tenía que salir. Si una de ellas tenía el peluche de última moda, la otra también lo tenía que tener. Mejor dicho: Lo que tenía una, la otra también lo tenía. Eran las mejores amigas, incluso se llegaron a decir hermanas. Ellas se llamaban Lisa y Clara.
Pero sucedió algo que nadie podía creer… Lisa y Clara, las super amigas, pelearon. Y lo que pasó fue que Clara había iniciado un rumor en la escuela de que Lisa había hecho copia en un examen, y por lo tanto, todo el salón la rechazaba por eso y le decían “Copiona” entre otras cosas más. A la hora del almuerzo, Lisa entró despacio y orando pidió a Dios: “Dios no permitas que me tenga que sentar sola una vez más”, cuando de repente sintió a Clara por detrás de ella saludándola! Y Lisa, con una cara un poco malgeniada la miró y Clara habló: “Lisa perdóname por empezar el rumor de que tu habías copiado en un examen, lo siento mucho, yo se que eso no es cierto”. Pero Lisa, asombrada de lo que Clara decía, respondió: Pero Clara porque inventaste eso… se supone que somos amigas, las mejores, somos como hermanas, porque hiciste eso?
Y Clara le contestó: Si claro que si, somos las mejores amigas, y espero que después de eso podamos seguirlo siendo, pero es que estaba muy celosa de ti. Tus calificaciones son excelentes, y yo siempre tengo que esforzarme demasiado y aun así mis notas no son buenas al final!!
Ay Clara- respondió Lisa- mis calificaciones tampoco vienen así de fácil. Yo también tengo que esforzarme por sacar buenas notas, y estudiar mucho para que me vaya bien. Mira tal vez podríamos reunirnos a estudiar juntas para el próximo examen de matemáticas y así ambas sacaremos excelentes notas!! Que te parece? Clara, asombrada de la propuesta de Lisa contestó: ¿Estás dispuesta a estudiar conmigo, después de lo que te hice?
Claro que si, contestó Lisa. En verdad que sí me lastimó lo que hiciste, pero te perdono. Clara suspiró aliviada de escuchar la respuesta de su amiga. Gracias – murmuró. Quiero que sigamos siendo grandes amigas como siempre. Yo también – respondió Lisa – y lo seguiremos siendo, no te preocupes! Y ambas continuaron su almuerzo tranquilas y otra vez amigas como siempre
A buen entendedor, pocas palabras verdad? Si Dios te perdona cuanto pecado cometes, porque no vas a perdonar a tu hermano, que posiblemente no te ha hecho gran cosa, respecto a tu le has hecho a Dios. Así como dice el padre Nuestro: “perdona nuestros pecados, como nosotros también perdonamos a los que nos ofenden”. Tú no puedes reclamar por perdón , si tu primero no perdonas a los que te ofendieron a ti. Y no te preocupes, que igual… Dios te perdona TODO pecado, TODA ofensa que cometas… Él te perdona porque TE AMA!!
El hoy es un regalo, por eso se llama presente
